
Historias del Absurdo de la Vida
Crónicas de anhelo, desencuentro y decepción, envueltas en un burrito de paradoja bañado en salsa de no mames. Preparadas por el Chef Daniel Vázquez… aunque ni un huevo sabe hacer.
Definición de Fracaso
Mónica buscó en internet la definición de fracaso y encontró en la página de la Real Academia Española
De fracasar.
- m. Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio.
- m. Suceso lastimoso, inopinado y funesto.
- m. Caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.
- m. Med, Disfunción brusca de un órgano.
Sin duda así veía su matrimonio pasado. Su divorcio había sido un resultado adverso, un suceso lastimoso y funesto, una ruina de algo valioso para ella.
Su alma se había roto con estrépito y no quería volver a vivirlo. Quería aumentar las posibilidades de éxito de su nueva relación…
A su amiga Alejandra no le gustaba la palabra fracaso.
“No uses esa palabra, amiga,” le comentó a Mónica en una ocasión.
“Mejor míralo como un aprendizaje o una experiencia,” continuaba Alejandra.
“Pues sí, amiga. Quizás deba hacer eso pero ya busqué la definición de fracaso y sin duda mi divorcio es eso.”
Mónica tenía razón.
Sin duda todo fracaso es una experiencia y toda experiencia es aprendizaje.
Pero el fracaso no deja de ser fracaso y un divorcio se vive y duele como tal.
Más cuando hay hijos.
Matrimonio = Compañer@ de vida + Proyecto de vida + Familia + Patrimonio + Estabilidad + …
Son muchas pérdidas en una.
¿Qué hace que una relación de años entre en aprietos y se rompa definitivamente?
Pero sobre todo ¿Cómo lo podemos evitar?
Una relación de pareja, sea un matrimonio o una unión libre es un proyecto.
Un proyecto en el que invertimos TODO.
Por eso cuando la relación termina mal sentimos que nos arrancan un brazo.
En el consultorio veo todo tipo de casos y situaciones matrimoniales y familiares que se entre cruzan con lo individual y lo existencial.
Y basado en esos casos y situaciones te contaré algunas historias (cuidando la privacidad de mis clientes, claro).
Historias que describen los diferentes errores y aciertos de nosotros como seres humanos en el contexto del matrimonio, la familia y lo individual.
Errores y aciertos que ayudan a empeorar o a mejorar las circunstancias que enfrenta una relación en un momento específico de su historia, por ejemplo.
Mónica viene de un divorcio.
Tiene una niña de ocho años y ha empezado una nueva relación con quien parece ser un buen hombre.
Solo que tiene miedo de cometer los mismos errores y volver a fracasar en su relación, así que busca consejo con su amigo psicólogo.
Luego está Javier, quien un buen día su esposa sin decirle “¡agua va!”, después de una pelea, a quemarropa le dice,
“Ya no te quiero; quiero el divorcio”.
Échate esa.
Cuando para él todo parecía estar bien, no se avistaban tormentas en el horizonte.
Esto hace que empiecen a vivir una etapa muy difícil de confusión, dolor, sentimientos encontrados, caos.
Caos y sufrimiento emocional para todos: él, ella, los hijos.
Para Olga y Gabriel, las peleas y discusiones están a la orden del día.
Pelean por todo y nada.
La situación es desgastante.
Y quizás digas “¿quién aguanta tanto?”
¡Te sorprenderías!
Lo cual es un tormento para todos: pareja e hijos.
Se sabe que hace más daño (a los hijos) un matrimonio con peleas constantes y frecuentes que un divorcio.
Esto no quiere decir que el divorcio no haga daño, por más civilizado que sea.
Lo último que quiere un hijo, la edad que tenga, es ver a sus papás separados.
Adriana le fue infiel a sus esposo con un compañero de trabajo.
Su esposo esta devastado.
La esposa de Antonio, el compañero de Adriana, le hizo llegar a Luis mensajes comprometedores de Whatsapp entre Adriana y Antonio.
Luis le está pidiendo el divorcio a Adriana.
Jesús y Ofelia son como socios.
Cohabitan, co-crían, co-administran su hogar.
Trabajo-casa-familia-compromisos sociales.
Pero sin una conexión real-íntima entre ellos.
Las conversaciones largas y tendidas quedaron muy atrás, en el noviazgo, quizás.
Si es que alguna vez las tuvieron.
Todos los días, lo mismo.
Todos los fines de semana, iguales.
MO
NO
TO
NI
A
Sexo, de vez en cuando.
Si acaso.
Hasta que uno de los dos se harte.
O hasta que uno de los dos sea infiel, tratando de darle un poco de emoción a su vida.
Vivir a medias es el purgatorio.
Y nadie quiere estar en el purgatorio.
Ninguna de estas situaciones que te describo se dan de la noche a la mañana.
No es como que hoy me siento loco por ti y mañana despierto y,
“Ya no te quiero…”
“Ya no te amo…”
“Ya no me atraes…”
“Quiero el divorcio.”
Así no se dan los problemas.
Lleva tiempo.
Meses.
Años.
Mónica lo sabía.
Tenía presente cómo su matrimonio se fue deteriorando hasta haber llegado a un punto irreversible.
No hicieron nada; ni él ni ella.
“Nos ganó el orgullo, amiga,” le platicaba a Alejandra.
“Nos dejábamos de hablar por días y a veces hasta semanas.”
“Hijole, yo no podría estar tanto tiempo sin hablarle a mi marido…aunque sea para pelear,” le responde Alejandra.
Ambas ríen.
Esta vez, Mónica quería hacer las cosas diferente.